domingo, 25 de octubre de 2009

La Educación y el mundo contemporáneo. Por Emilio Eduardo. Campo Largo. Escuela 1019



Reflexión realizada por el maestro Emilio. Programa FOPIIE- UTN.


“Comprender la importancia de la flexibilización y la precarización laboral junto con la individualización de lo social y la transformación del lugar del estado son centrales para analizar las necesidades, acciones y expectativas individuales y sociales del presente. Si el empleo ya no es vitalicio, esto indica que la búsqueda de trabajo es una tarea que se repite, y para lo cual se ha vuelto necesario capacitarse. “actualizarse y aprender como mostrar esa capacidad. Cada vez”
Richard Sennett “La corrosión del carácter”

Las instituciones del mundo contemporáneo produjeron diversos modos de construcción de las identidades individuales y colectivas. Lo que antes formaba parte de un colectivo; como el gremio, la fábrica, la iglesia, la cooperativa, el comité, el club, etc. fueron perdiendo la concepción en relación con las agrupaciones para enfrentar problemáticas comunes o como un lugar de esparcimiento.
Dichos populares como “divide y reinarás” o “a río revuelto… ganancia de pescador” se hacen más verdaderos que nunca; ya que la llamada “individualización de lo social”, por Pierre Rosanvallon, profundizó las desigualdades sociales dejando a miles de familias en el desamparo, la marginalidad, en estado de vulnerabilidad. Antes tenían un trabajo, una familia, vecinos solidarios, el club y todo lo que formaba parte de la vida cotidiana. Esos elementos, ahora ya no están y surge la desorientación frente a la falta de competencias para integrarse al mundo que nos propone el nuevo tiempo.
En todo esto hay que reconocer que el estado se corrió hacia un costado dejando que el mercado y la libre competencia regulen y resuelvan, en términos económicos, las problemáticas que él debió reglamentar para evitar la voracidad insaciable de las castas dominantes.
Los nuevos estilos y formatos sociales, donde reina el individualismo o “el sálvese quien pueda” exige estar preparado para un mundo cambiante; y estar preparado es involucrarse en una carrera apresurada por adquirir las competencias que permita caminar por la cornisa sin caer. Esto significa competir por trabajos a término, incierto, solitario, en un mercado muy escaso donde las reglas la ponen los que mandan, con derechos restringidos. “El otro”, que está en las mismas condiciones no es un colega, sino un competidor, a quien hay que ganarle el empleo.
La posibilidad de asociarse se acota, se limita la posibilidad de pensar en colectivo. A esto hay que sumarle la creencia de que lo que a otros les sucede no nos tocará a nosotros, hasta que nos toca y ya es tarde.
Ahora bien, los que ya están al margen de este modelo social imperante ¿Cómo salen de esta situación?
La vida regulada, segura y con perspectivas hacia el futuro que ofrecía la modernidad comienza a recuperarse de maneras muy diversas: con desconfianzas, con ideas estereotipadas, y hasta de discriminación, a cerca de los “otros” (villeros, recolectores de residuos, “cabecitas negras”); formando círculos cerrados para estudiar, profesar culto, divertirse, todo en un marco de desconfianza.
También se reconfigura la sociedad contemporánea desde otros sentidos esperanzadores, desde un estado que decidió regular la vida social con una mirada deferente, brindando igualdad de oportunidades para disminuir las brechas sociales y que el punto de partida sea más equitativo.
La misma sociedad comienza a reconfigurarse rescatando ideas entremezcladas, que revalorizan viejas tradiciones con aspectos propios de la contemporaneidad; grupos étnicos que se animan a mostrar sus tradiciones culturales utilizando los medios propios de estos tiempos, que antes fueron denegados.
Para que la sociedad líquida incluya a los que quedaron fuera el estado está obligado a aplicar políticas inclusivas y de retención para los que están al borde no se caigan. Lo esperanzador es que cada vez son más los que comprenden el funcionamiento del tejido social de la contemporaneidad recuperando la cultura de la solidaridad, la capacitación permanente, el trabajo y el emprendimiento.